Para los familiares de los 43 alumnos de Ayotzinapa, la oscuridad que envolvió el caso aquella madrugada en que desaparecieron aún no se disipa, pues a 5 años de los hechos, los avances en las investigaciones no sólo son mínimos, también son poco confiables, obligando a la nueva administración a empezar de cero.
Montserrat Sánchez|Reporte Indigo|Sep 26, 2019. Sin pistas, sin culpables y sobre todo sin sus hijos, es como han pasado los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa los últimos cinco años de sus vidas.
Desde aquel 26 de septiembre de 2014, su lucha en busca de justicia y respuestas no se ha detenido, sin embargo, parece que la oscuridad de la noche en que desaparecieron sus familiares se ha extendido, pues al día de hoy no hay rastro sobre el paradero de los jóvenes.
El 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” acudieron a la ciudad de Iguala, Guerrero, para tomar autobuses y así participar en la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México.
Ya en Iguala, el alcalde José Luis Abarca ordenó a la policía municipal detenerlos al suponer que se dirigían a boicotear el acto de informe de gobierno de su esposa, María de los Ángeles Pineda. Desde entonces parece que a los jóvenes estudiantes se los tragó la tierra.
ESPERANZA CON LA 4T
Después de desestimar la llamada Verdad Histórica del sexenio pasado encabezado por Enrique Peña Nieto, en la cual se afirmó que los jóvenes de Ayotzinapa fueron calcinados en un basurero en el municipio de Cocula, los familiares ven un rayo de esperanza con la actual administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya que el presidente y el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, han declarado que llegarán hasta las últimas consecuencias para conocer la verdad del caso.
En 2015, el titular de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, anunció que se encontraron restos de los 43 estudiantes en Cocula, pero el trabajo del equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) junto con el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) descartaron dicha versión.
Sin embargo, a cinco años, el panorama ha cambiado. El 26 de junio, la Fiscalía General de la República (FGR) informó la creación de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa, la cual es dirigida por Omar Gómez Trejo, encargado del trámite y resolución de las averiguaciones previas, procedimientos judiciales, medidas precautorias o cautelares así como de los juicios de amparo que estén relacionados con los hechos.
Además, debido a un decreto presidencial, el 4 de diciembre de 2018 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la creación de la Comisión Presidencial para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ-Ayotzinapa), cuya finalidad es que todas las dependencias implementen los mecanismos necesarios para fortalecer los derechos de las familias víctimas del caso.
Si bien los padres de los normalistas han reconocido el trabajo del presidente y del subsecretario, también denunciaron que la FGR no trabajaba para dar con el paradero de sus hijos, por ello, el 18 de septiembre, López Obrador fungió como intermediario en una reunión que se sostuvo con la Fiscalía para revisar los procesos por los cuales se estaba dejando en libertad a presuntos implicados en la desaparición de los jóvenes.
De acuerdo con declaraciones de Alejandro Encinas, hasta el momento han sido liberadas 77 personas relacionadas con el caso, además, recordó que del 26 de septiembre de 2014 al 30 de agosto de 2018 se consignaron a 169 individuos por delitos de delincuencia organizada. En total se detuvieron a 142, entre ellos 55 policías de Iguala, 20 de Cocula y 67 civiles.
Sin embargo, en días recientes, la FGR ha dado noticias de que el caso se investigará desde cero, buscará mecanismos para evitar que continué la liberación de más personas relacionadas con los hechos y, sobre todo, llamará a declarar al entonces gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, al exprocurador de la entidad Iñaki Blanco, a Leonardo Vázquez exsecretario de Seguridad Pública así como a los funcionarios federales que hayan intervenido en dicho caso.
El subsecretario Alejandro Encinas ha sostenido en más de una ocasión que en caso de que se acrediten las violaciones al debido proceso se va a alcanzar a todos los responsables.
Ante dicha noticia, la Comisión de Justicia aprobó que la FGR redirija la investigación, subsane las omisiones y aplique acción penal contra los presuntos responsables por el delito de desaparición forzada.
Para los familiares de los 43, entre las personas a las que también se debe de culpar por la negligencia en la búsqueda es a Murillo Karam, al exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio y a José Aarón Pérez Carro, extitular de la unidad especial de la PGR para el caso.
La FGR dijo que investigará a Tomás Zerón y Jesús Murillo Karam por no cumplir con sus responsabilidades en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos
En el marco de las investigaciones por los 43 y a dos días de cumplirse el quinto aniversario, la FGR anunció una nueva búsqueda en un basurero en el municipio de Tepecoacuilco, Guerrero
Melitón Ortega, tío de uno de los normalistas, afirma en entrevista para Reporte Índigo que en la administración anterior hubo muchos tropiezos, engaños, promesas, simulación y fabricación de delitos que lo único que causaron fue traer más dolor para los familiares, ya que eso demostró que el gobierno de Peña Nieto jamás se interesó en esclarecer el tema.
Pero Ortega señala que no todo es malo, ya que a raíz de las acciones del actual gobierno, los familiares están parados ante una administración que finalmente es capaz de abrirles las puertas para tener un diálogo.
“Ya vemos un verdadero compromiso por esclarecer el caso, sí hay avance en el cimiento de la investigación, la creación de la Unidad Especial, las reuniones que hemos tenido con el presidente en donde nos escucha a cada uno de nosotros, además ya nos dijeron que nos vamos a reunir con él cada dos meses para ver los avances que se tengan, o sea, ya nos van a tomar en cuenta y eso para nosotros sí es un paso hacia adelante”, explica.
LUCHAR SIN DESCANSO
Reunidos en la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), en Chilpancingo, familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa hablan sobre cómo ha sido su peregrinar en busca de justicia.
Con la foto de su hijo impresa en una lona, Bernardo Campos se sentó en las escaleras de la Ceteg mientras decía sentirse cansado, ya que las últimas semanas han tenido que ir a la CDMX debido a las reuniones con el presidente para darle un nuevo rumbo al caso, uno que le permita saber dónde está su hijo José Ángel.
Lucho no solo por mi muchacho, también por sus compañeros. Quiero que vuelva por su familia, él tiene dos niñas, debería estar con ellas y no desaparecido
– Bernardo Campo|Padre de José Ángel Campos
Bernardo confiesa que lleva la imagen de su hijo como un amuleto y que a veces se siente derrotado, no por lo lento que ha sido el proceso, sino por la diabetes que padece desde hace ya unos años y la cual empeoró desde que le falta su muchacho.
El padre advierte que las ganas de volver a ver a su hijo son más grandes que su estado de salud, por ello ha vendido su casa, no ha descansado ni un día en Lucho no solo por mi muchacho, también por sus compañeros. Quiero que vuelva por su familia, él tiene dos niñas, debería estar con ellas y no desaparecido” Bernardo Campo Padre de José Ángel Campos la búsqueda y jura aferrarse a estar fuerte para poder volver a reunirse con José Ángel.
“No tengo nada malo que decir de mi hijo, él es muy comprensivo desde pequeño, amistoso, lo querían mucho donde estaba. Yo pienso que quiso ser maestro desde que le enseñó a jugar fútbol a los niños del barrio”, relata.
Al igual que José Ángel, el normalista Jorge Aníbal Cruz mostró su ímpetu de ser maestro cuando cuidaba a sus primos pequeños y se sentaba a hacer la tarea con ellos.
La madre del joven, Maricarmen Mendoza, cuenta que todavía le resulta doloroso hablar de cómo es su hijo, para ella, recordar al muchacho que educó y quien se volvió un hombre respetuoso, tranquilo y muy noble resulta triste, ya que no ha dejado de extrañarlo desde su partida.
El 14 de agosto cumplió 24 años, fue un año más sin él, sin poder felicitarlo y yo le pido a Dios que el próximo año ya no sea así, yo ya quiero abrazarlo
– Maricarmen Mendoza|Madre de Jorge Aníbal Cruz
Maricarmen explica que, como madre, el dolor más grande es perder a un hijo, no saber dónde está, qué está haciendo, si tiene frío o hambre, por ello dice que no importa lo que pase, ella seguirá buscándolo el tiempo que sea necesario.
Por su parte, la motivación de Martín Sánchez para convertirse en maestro fue que su mamá dejara de trabajar.
Él quiere ser maestro porque yo soy madre de ocho hijos y todo mi tiempo lo he ocupado en trabajar para sacarlos adelante y gracias a Dios lo he logrado, mis hijas son maestras, otras contadoras y él me decía que ya no quería que yo siguiera trabajando, que no le gustaba verme despierta desde las cuatro de la mañana, eso fue lo que lo impulsó para irse a la normal de Ayotzinapa
– Joaquina García|Madre de Martín Sánchez
La madre asegura que a pesar de tener más hijos a ella siempre le faltará su muchacho y afirma no arrepentirse de dejar su casa y trabajo con tal de poder tener de nuevo en sus brazos a su hijo.
Melitón Ortega, tío de Mauricio Ortega Valerio, uno de los normalistas desaparecidos, dice que jamás podrá olvidar el orgullo que sintió cuando se enteró que su sobrino tendría una profesión, pues dedicarse solo al campo lo alejaría de muchas oportunidades.
Arrastrando los pies por el cansancio, Melitón sostiene que en esta vida solo tiene segura una cosa: el día que regrese a su casa será con su sobrino a su lado.
Este suceso nos cambió la vida, ahora llegas al pueblo y los vecinos y la familia te preguntan qué has encontrado, y da pena decir que no tenemos nada, la misma respuesta de siempre, sin embargo, queremos luchar por los estudiantes, si a mí me preguntan hasta dónde llegaremos, la respuesta es fácil: hasta encontrarlos
– Melitón Ortega|Tío de Mauricio Ortega Valerio
Familiares de los 43 normalistas se reunieron para buscar apoyo de diversos sectores para las movilizaciones que realizarán el día de hoy
ESTUDIANTES DE AYOTZINAPA AL PIE DEL CAÑÓN
Con fotografías, flores e imágenes de la Virgen de Guadalupe es como se encuentran 43 pupitres de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, los cuales fungen como un altar ubicado en el patio central.
Acostumbrados a no solo estudiar, sino también a dedicarse a actividades agropecuarias después de clases, los estudiantes han hecho de la memoria su mejor arma para exigir justicia para los 43 normalistas desaparecidos desde 2014.
Los alumnos que viven y estudian en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa aseguran que ellos respaldarán a los familiares de los 43 desaparecidos mientras no detengan su lucha
Murales con rostros de los jóvenes, fotografías de sus padres que no han parado su lucha por encontrarlos y pancartas con la leyenda “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” es cómo luce más de un rincón de la escuela.
Tairo José González, estudiante de la normal de Ayotzinapa desde hace dos años, afirma en entrevista que la lucha por sus 43 compañeros no ha sido fácil para los alumnos, ya que han padecido el abandono y discriminación de la sociedad.
En los muros de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se refleja la lucha que han librado los alumnos
“Nos dicen que solo somos revoltosos y rebeldes así porque sí, no toman en cuenta que esta escuela alberga hijos de campesinos, que hay personas que venimos de lugares tan marginados en donde si no te vuelves aguerrido, si no te empeñas en lograr algo, jamás vas a poder salir de ahí.
Aquí se nos inculca que no debemos dejarnos de nadie, ya que para nosotros la única manera de salir adelante es llegar aquí y tener una carrera
– Tairo José González|Estudiante de la normal de Ayotzinapa
Mientras daba un recorrido por la escuela y explicaba que a su derecha estaban los dormitorios y a la izquierda los salones, Tairo cuenta que el rechazo de la sociedad no ha sido el único obstáculo que han enfrentado tras la desaparición de sus 43 compañeros pues, desde el 2014 la matrícula de la escuela ha bajado.
“Antes venían mil chavos a presentar su examen, a querer ganarse un lugar, cuando yo me inscribí apenas éramos 200 y el año pasado ya subió un poco y fueron 400”, relata.
A pesar de ver el panorama difícil, Tairo dice que él y sus compañeros van a seguir en la lucha acompañando a los padres.
“Nosotros llegaremos hasta las últimas consecuencias, o hasta que los padres nos digan que ya se dan por vencidos, pero sabemos que no será así, que seguirán buscando a su sangre, por eso es que nosotros aquí nos quedamos hasta tener justicia. Nada más”.
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